A mediados del siglo XVIII la Villa de Colmenar de la Sierra tenía ocho barrios, a saber: Bocígano, Peñalba, Cabida, Corralejo, Pinarejo, Bustar, la Vihuela, y la Hiruela Vieja, los cuatro últimos ya desaparecidos. La villa y su término municipal pertenecían al señorío del Marqués de Montesclaros que percibía anualmente cinco mil novecientos reales por el derecho de Alcavalas, antiguo impuesto de origen musulmán; también pagaban a la Corona la suma de seis mil doscientos cincuenta y nueve reales de vellón por la suma de diferentes impuestos.
La población era de 240 personas, distribuidas de la siguiente manera: Colmenar: 50, Bocígano: 58, Peñalba: 57 Cabida: 29, Corralejo: 17, La Bihuela: 1, Pinarejo: 6, La Hiruela Vieja: 13 y Bustar: 9. Había tabernas en Colmenar, Bocígano, Peñalba y Cabida; dos “cirujanos” uno en Colmenar y otro en Bocígano a los que se pagaba con arrobas de centeno, también había un escribano, tres sacristanes, uno en Colmenar, otro en Bocígano y el tercero en Peñalba y un cura que por aquel entonces era D. Fernando Suárez. Funcionaban nueve molinos y dos “fabricas” de carbón que empleaban a 15 jornaleros u oficiales, 25 pastores, tres herreros (Colmenar, Bocígano y Peñalba), un sastre que alternaba su oficio con el de labrador, tres tejedores de nombres: Pedro Bernardo, Manuel Vicioso y Tomás Gordo y el resto se dedicaba a la agricultura. Todos estos datos y muchos más se pueden encontrar en el archivo del Marqués de la Ensenada, D. Zenón de Somodevilla y Bengoechea, secretario de Hacienda, Guerra y Marina e Indias, entre otros cargos de la época.